Actividad 7

Educar en casa

Me llama la atención lo críticos que somos todos con el sistema educativo a la hora de analizar sus fallos, pero cuando se trata de proponer cambios que se desvían mucho del sistema que conocemos empezamos a defenderlo. Por ello, en clase he podido llegar a la conclusión de que en nuestra sociedad la educación se ve de una sola manera - de ocho a tres en el colegio, sentado en un pupitre con otros alrededor de treinta compañeros y reforzado con academias y clases particulares por la tarde. 

Sinceramente, después de escuchar en cada presentación lo críticos que son los profes del futuro y los cambios que todos están deseando aplicar para mejorar la educación de las futuras generaciones, me sorprendió mucho ver que la opción de llevar el colegio a casa fuera vista de una manera tan negativa. Vemos los beneficios en el colegio en cuanto a que los niños socialicen, aprendan a comportarse en sociedad, a trabajar en equipo, etcétera. Estoy de acuerdo con todos ellos, pero, claro, si estamos hablando de un niño sin dificultades ni necesidades de ningún tipo que se adapta socialmente  bien y se encuentra en un colegio que funciona de manera normal y tiene la típica familia con trabajos normales (una jornada laboral fija de lunes a viernes). ¿Qué pasa si las circunstancias del niño o de sus padres no entran dentro de lo común? ¿Si la situación personal del niño y su familia se desvían de la norma no deberían tener alternativas?

En clase nos hemos centrado mucho en la falta de relaciones sociales que el niño tendría si no va al colegio. ¿Y los beneficios de la educación en casa? Veamos algunos:

Por un lado, el proceso se adapta mejor al niño y también a la familia. El niño puede seguir un ritmo que se ajuste mejor a su forma de aprender y lo que es más, responsabilizarse más del proceso. Las destrezas que adquiere al ser más responsable de buscar información y aprender a seleccionarla no se adquieren en el colegio. Al adaptarse de una manera tan particular puede garantizar el éxito académico de una manera mucho más efectiva que el colegio donde adaptarse a cada alumno particular es imposible. Además, la educación en casa o homeschooling se adapta también a los padres. Sabemos que nuestros horarios laborales no siempre coinciden con el horario de clase y educar a los niños en casa puede suponer adaptarnos para trabajar y estudiar al mismo tiempo y aprovechar el resto para estar juntos. No olvidemos lo importante que es la relación del niño y el adolescente con su familia para el desarrollo de habilidades afectivas y sociales. Pero no solo eso, ¿qué pasa si el trabajo de los padres supone tener que viajar cada cierto tiempo o incluso tener que mudarse de ciudad con cierta frecuencia? La educación en casa supondría menos trastorno para los niños que matricularles en un colegio diferente cada pocos meses. 

Por otro lado, hablando de esa socialización que tanto nos preocupa al eliminar el factor ir a clase, el tiempo libre que el niño tendría aumenta de manera significativa al ser gestionada por el propio niño. De esta manera las horas para relacionarse con amistades y realizar actividades extraescolares en realidad es mayor. Por no hablar de que ir al colegio no supone tener amistades para todos los niños. No nos olvidemos de las altas tasas de bullying. ¿Estos niños no deberían tener una alternativa? 



Esta personalización de la educación se traduce en mejores resultados

«En la Universidad de Harvard se rifan a los chicos que han sido educados en casa», afirma Irene Briones —catedrática de Derecho Eclesiástico e investigadora de la Universidad Complutense de Madrid—, que organizó el último congreso sobre «homeschooling» celebrado en España el pasado año. «No se pide tanto una nota media elevada —explica—. Es más importante que el alumno posea destrezas y habilidades. Y los "homeschoolers" tienen agilidad mental, gran capacidad de trato, son personas más independientes y autónomas, tienen menos miedo a la vida...». Cada año muchas universidades americanas reservan plazas para los niños educados en el hogar. Quieren jóvenes más maduros y responsables.

¿Qué es lo que hace que a pesar de todos estos beneficios esté tan mal visto educar en casa? 

Con todo esto no pretendo desprestigiar la escuela ni mucho menos. Las clases presenciales son una opción válida que funciona y genera buenos resultados en muchos jóvenes. Sin embargo, la educación en casa no debería ser demonizada. Tiene beneficios y produce buenos resultados, esto es un hecho. El día de mañana, cuando mi hija comience el colegio, me gustaría saber que es una opción que tengo y que tiene para que pueda elegir. Obligar a un niño a ir al colegio cuando para él no es un lugar agradable desde luego que producirá malos resultados y posiblemente puede acabar en fracaso escolar. Creo que ya es hora de regularizar la educación en casa y aceptarla como una alternativa válida para aquellos niños y familias que así lo decidan. 


Comentarios

  1. La verdad es que el tema de la educación en casa, a mi modo de ver, tenía muchos aspectos negativos pero no me lo había planteado como una posibilidad de evitar el bullying... pero me parece muy buena opción y alternativa para quienes así lo elijan. :)

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