Actividad 6


Libro Blanco de la Profesión Docente


Un libro blanco es un documento que se elabora para proponer soluciones a un tema basándose en una investigación. Este libro en concreto fue pedido por el Ministerio de Educación en el año 2015 y pretende arrojar algo de luz sobre aquellas cuestiones necesarias para cambiar el sistema educativo de tal manera que por fin satisfaga a todos y nos de los resultados que esperamos. 

El libro aborda el problema de la educación proponiendo veinte puntos para el cambio. Propone convertir el centro educativo en un lugar más cooperativo que atraiga a los alumnos ofreciéndoles un personal docente muy cualificado (para ello propone reducir el número de profesores interinos y crear centros que trabajen para mejorar). La manera de la que propone atraer a personal docente muy cualificado es a través de un sistema de selección del profesorado incluso más complicado que el actual. Pues después del año de máster exigido a los profesores de secundaria, lanza la idea de un DEP de dos años, para que los futuros profesores tengan la posibilidad de aprender dentro del centro educativo (de la misma manera que los médicos hacen el MIR). Evidentemente al añadir prestigio a la profesión docente también propone mejorar las condiciones laborales de los profesores. Eso sí, para poder asegurarse de que los profesores son excelentes además de las exigencias académicas previas establece una formación y evaluación continuas y sistemáticas del cuerpo docente y su correspondiente inspección educativa de forma periódica. Además, para asegurarse de la aplicación de las mejores innovaciones y medidas en el ámbito de la educación propone la formación de un Consejo de Estado que se encargue de estar atento y aplicar aquello que cree que mejor le viene al sistema educativo español. 

Estas son algunas de las propuestas de este libro blanco para la mejora de la educación en España. Vemos en qué se centra, ¿verdad? Los profesores.

Personalmente, me he sentido bastante decepcionada a la hora de leer tantas propuestas relacionadas con mejorar la "calidad" del profesorado. Parece que los profesores son quienes fallan en el sistema, que no son suficientemente competentes, que hay que controlaros y evaluarlos constantemente para asegurarse de que hacen "bien" su trabajo. La mitad de las propuestas están orientadas a la mejora del profesorado. Es cierto que también trata la formación profesional y habla de mejorar la autonomía de los centros educativos, pero en general se nota que es el profesorado el que sale mal parado. 

¿De verdad creemos que los profesores de secundaria no están suficientemente preparados? Es cierto que las prácticas son muy cortas. Actualmente las prácticas que ofrece el máster de educación tienen una duración de siete semanas. Sin embargo, durante esas prácticas se desarrolla una unidad didáctica en un centro y el tiempo para ello es suficiente. ¿Aprenden los futuros profesores a desenvolverse en los centros educativos en este tiempo? Claro que no. Probablemente hasta el primer año de trabajo en un centro educativo no aprendan el funcionamiento de los claustros, las guardias o las tutorías, por ejemplo. Pero, ¿eso les hace peores profesores? No. Dado que cada centro tiene una organización diferente y también teniendo en cuenta que los cuerpos docentes de los colegios e institutos son muy cambiantes al estar formados en gran parte por profesores de paso (interinos), es muy complicado actualmente instaurar un DEP que funcione y que tenga sentido. ¿Dos años para aprender el funcionamiento de un centro educativo? Claro, los defensores del DEP dirán que dos años son necesarios para aprender estrategias y métodos relacionados con el desarrollo de los adolescentes para poder captar necesidades especiales y desarrollar aptitudes psicopedagógicas. Sinceramente, dudo mucho que estas propuestas cambien nada. Solo van a suponer mayor presión sobre los profesores y mucho más trabajo, cuando muchos ya están desbordados y presionados por el sistema.

Algo en lo que insisto en todas las entradas del blog es: el fallo o éxito del sistema educativo depende en gran medida de factores externos al mismo, como, por ejemplo, la posición social de la familia del estudiante, el entorno socio-cultural en el que se encuentra, el tipo de familia a la que vuelve tras la jornada escolar, etcétera. No podemos obviar todos esos factores y culpar al profesor del fracaso escolar. Este planteamiento es demasiado simplista y desde mi punto de vista, injusto. ¿Los abogados, notarios, administrativos o bibliotecarios deberían pasar por los mismos criterios de evaluación? ¿Por qué no? 







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