Participación Escolar

La educación es un bien común y una herramienta de mejora de la sociedad en conjunto. Por ello, dejar la educación en manos del sistema y no involucrarse puede ser contraproducente. La participación de los padres en la escuela puede ser muy positiva, por varias razones.

En primer lugar, los alumnos estarán más motivados si sus padres se involucran en sus escuelas. Varios estudios así lo avalan (Romagnoli y Gallardo, 2008). En segundo lugar, los padres sabrán más del proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos y así podrán ayudarles y ofrecer apoyo en las materias o cuestiones en las que los niños lo necesiten. Por no hablar de que la relación entre los hijos y los padres se vería muy mejorada. Pero además las escuelas también pueden beneficiarse de la participación de los padres, puesto que pueden recibir la ayuda de estos en actividades extraescolares, como viajes o excursiones, e incluso ayuda en la administración de la propia escuela. De ese modo el éxito académico está garantizado. Los niños dejarían de ver la escuela como algo ajeno a su vida, a su familia, y empezarían a verla como algo que forma parte del día a día también de sus padres, encontrándole más sentido. La escuela no debe cerrar sus puertas a los padres, ni verles como enemigos. Como parte de la comunidad, ambos deben aprender a trabajar en equipo ya que persiguen el mismo fin.



Ahora bien, ¿cómo lograr esta participación escolar?

Pues podemos lograr que los padres participen de diversas formas. 

En primer lugar, las escuelas de padres son uno de los primeros ejemplos de cómo esta participación se puede hacer real que encontramos en la web tras una breve búsqueda. Organizar un espacio en el que padres y profesores puedan debatir libremente sobre la educación de los niños y de esta manera encontrar soluciones a problemas comunes es una idea muy interesante. Sin embargo, no creo que sea muy popular, puesto que nunca había oído hablar de las escuelas de padres. Es una pena, ya que la idea sí parece que puede tener buenos resultados. 

Sin embargo, leyendo este artículo: "Cerrar la escuela a las familias es pensar en la comodidad de los profes; abrirla es pensar en los chicos" uno se da cuenta de que la relación padres-profesores sobre el papel puede parecer idílica y necesaria, pero que en la práctica no hay acuerdos, o al menos que es muy complicado llegar a esos acuerdos. Por ello, la escuela de padres puede ser una buena solución, pero me parece que antes de organizar este tipo de talleres, los padres necesitan saber mejor cómo es la educación, cómo se comportan los alumnos en conjunto y en concreto otros niños, diferentes de sus hijos, y ya después crear estos talleres y proponer soluciones que realmente puedan ser aplicadas y sean beneficiosas para todos los alumnos y también para los profesores. 

Puesto que las escuelas de padres, por lo tanto, no parecen la primera solución o propuesta a aplicar para incrementar la participación de los padres en la escuela, busquemos otras formas de conseguirlo. 

Tras realizar una búsqueda un poco más extensa, he encontrado diversas formas de lograr la participación en la escuela. Aquí os dejo un resumen tanto de las formas que me han parecido mejores como de las conclusiones a las que he llegado tras realizar esta búsqueda. 

En primer lugar, creo que la participación de los padres se debe fomentar desde el inicio de la educación de los niños. De esta manera se crearán buenos hábitos y los padres siempre estarán vinculados a la escuela de sus hijos. Una manera de hacerlo sería organizar siempre actividades en la escuela que requieran de la participación de los padres y madres. Se podría empezar por las actividades que realizan los más pequeños en el aula, como el teatro o funciones musicales o de baile. De la misma manera, se puede requerir la ayuda de los padres al organizar excursiones o viajes, visitas a museos u otro tipo de viajes educativos. Esta dinámica de necesitar a los padres desde el centro se puede llevar a cabo dando mucha libertad a los padres, de manera que, por ejemplo, sean ellos solos quienes se tengan que encargar de la organización de un viaje educativo o de un baile. De esta forma, también conocerían de primera mano a las instalaciones del centro y a sus profesores y alumnos. 

Más adelante también pueden involucrarse a través de talleres de madres y padres, de la asociación de madre y padres y de otras organizaciones. Pero dado que este tipo de participación es más voluntaria, me parece mejor forzarla un poco a través de las actividades que he mencionado antes. Organizar reuniones de padres, no a nivel individual, sino de manera conjunta con los profesores. También pedirles que formen parte del consejo escolar o que organicen el inicio y el final de cada curso junto con los docentes de cada centro.

Todo lo que suponga involucrar a los padres en la escuela de manera que se sientan necesarios y que vean que su aportación es importante me parece interesante. Ese miedo que los profesores profesan a las familias de aquellos alumnos que llaman conflictivos, también creo que se puede solucionar con más comunicación por ambas partes. Es complicado que los padres puedan opinar desde fuera y que los profesores entiendan a los alumnos sin saber de sus familias. Por ello, esta colaboración es necesaria y debe ser fomentada por la escuela y aceptada por las familias. 

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